Hábitos de vida saludable para ponérselo dificil al Cáncer.
Moverse, comer sano y beber con moderación es la clave para ponérselo difícil a la enfermedad.
Dieta Mediterranea
La mala alimentación está detrás del 30% de los tumores, indica la nutricionista Gemma Morales, del Instituto de Oncología Clínica de la Clínica Corachán (Idoc). Según la nutricionista “No se debe abusar de azúcares, grasas 'trans' o de cocinar a temperaturas altas (fritos, barbacoa) ".
Deje el Tabaco
“Si desapareciese el tabaco, se evitarían el 27% de todos los cánceres”, subraya . No solo provoca el de pulmón, también está detrás del de laringe, boca, esófago, garganta, vejiga o cuello de útero.
Beba poco alcohol
El alcohol aumenta el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago, laringe, hígado y mama. En su 'Informe sobre Cancerígenos', el Programa Nacional de Toxicología del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos incluye en la lista el consumo de bebidas alcohólicas.
Controle su peso
El sobrepeso y la obesidad favorecen algunos cánceres, como los de mama y colon, según el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición.
Muévase.
La cuarta parte de los tumores está relacionado con un estilo de vida sedentario”, cuenta la doctora Elena Segura, del Departamento de Prevención de la Asociación Española contra el Cáncer. Caminar, correr, montar en bicicleta, subir escaleras, bailar… Todo vale. Las directrices generales de la OMS son 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa, además de dos sesiones semanales de actividades de fortalecimiento muscular.
Lleve al dia sus vacunas
El cáncer de hígado y el de cuello de útero (cérvix) están causados por la infección de los virus B de la hepatitis y del papiloma humano, respectivamente, y para ellos hay sendas vacunas.
Conozca su herencia
Menos del 10% de los tumores tienen un origen genético familiar, pero conviene conocer el legado de la familia, y actuar en consecuencia.
Relájese
No existe evidencia cientííica de que el estrés piscológico provoque cáncer, pero, según advierte el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, estar nervioso puede llevar a algunas personas a adoptar hábitos que sí favorecen la enfermedad, como son fumar, comer en exceso o abusar del alcohol.