En el ártico se encuentra la banquisa ártica que es la zona ocupada por los hielos. El espesor de la capa helada puede alcanzar centenares de metros. La lluvia es muy escasa y la variación de temperatura a lo largo del día casi nula. Estas condiciones tan extremas hacen que la vegetación sea apenas existente, sólo algunos líquenes y musgos en las rocas descubiertas de hielo. Es más abundante la fauna con focas, cetáceos, zorros, osos polares y aves marinas, todos con diferentes adaptaciones a las rigurosas condiciones ambientales.
En el círculo polar ártico la oscuridad domina desde Septiembre hasta Marzo. El frío intenso dura 8 meses, en los 4 restantes, raramente se superan los 4°C.
La tundra es el área que rodea a la banquisa. Siempre bajo la influencia de las frías masas de aire polar. Baja precipitación, pero alta humedad ambiental. La vegetación está representada por líquenes, musgos, gramíneas y arbustos enanos y rastreros. Muchas plantas adoptan la forma de tapiz para protegerse frente al frío. Las plantas con flor se ven obligadas a florecer un verano y fructificar al siguiente (ciclo de dos años). Xeromorfismo, hojas pequeñas, aciculiformes y pegadas al tallo para compensar el lento ritmo de absorción de agua y la limitación de nutrientes.

Las condiciones para la fauna son algo más fáciles, pues tienen la posibilidad de emigrar a zonas más cálidas en la época fría. Existen grandes herbívoros (renos, toro almizclero,...) y muchos roedores (lemmings y ratones) así como los predadores de éstos. Las pocas especies de reptiles se han vuelto vivíparas para proteger al huevo ante las condiciones extremas.