La ribera de los ríos constituye un ambiente muy particular dentro de los ecosistemas epicontinentales . En primer lugar, los suelos son diferentes, ya que por lo general estan constituidos por depósitos aluviales (muy fértiles). La presencia casi constante de agua permite el desarrollo de árboles caducifolios de hojas tiernas. Las avenidas de aguas, que pueden arrastrar a los vegetales o producir inundaciones, constituyen otra presión ambiental a la que deben hacer frente los árboles y arbustos de ribera. La disponibilidad de agua como los efectos de las avenidas decrecen a medida que se aleja de los márgenes del río, por lo que las comunidades de ribera se disponen en franjas de acuerdo con su resistencia a estas presiones. En primera línea se sitúan los sauces (Salix). Más al exterior se encuentran las alisedas (Alnus). En las zonas bajas son comunes las alamedas de álamo blanco (Populus alba) y en segunda línea las olmedas (Ulmus minor).
En los ríos mediterráneos , de hidrología muy variable, esta vegetación de ribera no puede desarrollarse, y es sustituida por especies arbustivas como las adelfas (Nerium oleander).