En la zona templada cálida se diferencian las áreas con clima mediterráneo y las de clima subtropical húmedo.
En el caso del clima mediterráneo se encuentran inviernos suaves y veranos secos y calurosos. La pluviosidad no es muy elevada; con la presencia, a veces, de lluvias torrenciales. Se da una gran variedad climática lo que determina gran diversidad de especies y comunidades. La vegetación característica son bosques perennes mediterráneos. La sequía del verano determina la presencia de adaptaciones especiales por parte de la vegetación (esclerofilia) como hojas cubiertas por una cutícula gruesa y sistema radical bastante profundo. Se encuentran tres estratos, uno arbóreo con una especie dominante, la encina ( u otros Quercus sp); uno arbustivo, espeso e intransitable y uno herbáceo, escaso por llegarle poca luz. Además hay gran cantidad de plantas lianoides que favorecen la impenetrabilidad del conjunto. Presenta adaptación al fuego ocasional (pirofitismo), el cual es un factor ecológico decisivo en la evolución de la vegetación. Son sistemas frágiles por la alta humanización que soportan.
Las zonas con clima subtropical húmedo, aunque con inviernos más rigurosos que los mediterráneos, carecen de un período de sequía estival. La vegetación y los ritmos son intermedios entre los de la zona templada propiamente dicha y los de la zona intertropical. La vegetación característica es la laurisilva. Son bosques de planifolios perennifolios tránsito entre los bosques templados y las selvas tropicales. Presente dosel arbóreo variado bajo el que se desarrolla un sotobosque de arbustos, lianas y epífitos. Gran riqueza florística.
