Existe competencia cuando diversos organismos utilizan recursos comunes presentes en cantidad limitada o, si los recursos no están limitados, cuando buscándolos, los organismos en concurrencia se molestan. Representa una interacción desfavorable para las dos poblaciones.
La competencia puede ser de dos tipos, por explotación o por interferencia. Si no existe acción directa entre las poblaciones se habla de competencia por explotación. La competencia por interferencia implica una acción directa de los concurrentes, y puede ser:
- Activa : por ejemplo la conducta agresiva o bien que una especie impida el crecimiento de la otra.
- Pasiva : por ejemplo los competidores que se ignoran a causa de la secreción de substancias químicas. Es la más frecuente. No se impide el acceso de otros individuos a la misma fuente de alimento que es explotada por dos o más poblaciones.
La competencia es negativa para las dos poblaciones porque representa un gran gasto de energía. Los modelos teóricos demuestran que si dos especies que compiten por un mismo recurso desarrollan mecanismos que reduzcan esa competencia, ambas especies se beneficiaran evitando su propia extinción y alcanzando un equilibrio mixto.
En otras ocasiones el resultado de la competencia es el desplazamiento de una de las especies, e incluso su extinción. Esta puede haber sido la causa de la desaparición de especies actualmente extintas.
La competencia puede tener también efectos a largo plazo al producirse adaptaciones de las poblaciones, implicando transformaciones de su estructura genética y no siendo un simple ajuste de sus espectros de utilización de recursos.
Del estudio de las relaciones de competencia surge la teoría del nicho ecológico .