Se define como desertización al proceso global de pérdida de productividad biológica del suelo y al conjunto de sus consecuencias.
Este fenómeno afecta a extensas áreas del planeta. Se ha calculado que unos seis millones de hectáreas anuales se convierten en desiertos . Las causas del proceso tienen su origen en la combinación de factores climáticos y la acción del hombre. Sin embargo, ésta última sería el factor principal. El hombre actúa explotando ecosistemas particularmente frágiles, con incendios reiterados y con métodos inadecuados de agricultura intensiva.
España está dentro del conjunto de zonas castigadas por la desertización. Es el único país de Europa (concretamente, el litoral mediterráneo) que alcanza la clasificación de muy alto riesgo de desertización, con un 30% de la superficie sufriendo erosión extrema y un 45% de moderada a fuerte.
Entre los procesos antrópicos degradantes del suelo, se debe citar la erosión acelerada, la contaminación , las prácticas agrícolas inadecuadas, los incendios forestales, la salinización y alcalinización y el "cansancio" del suelo por superexplotación.
La erosión es el principal factor natural de degradación del suelo.